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Querido Mayo, parece que se va a convertir en costumbre esto de escribir a los diez días de haber llegado. pero en mi defensa diré que llevo días pensando que decirte, pero hoy que al fin tengo el bolígrafo en la mano, no se por donde empezar.

 

Primero te diré que Abril te lo ha puesto difícil, con sus rosas, sus poesías y los descubrimientos que me trajo. Por ello, y por que queda poco para el verano y hasta entonces haré un esfuerzo por evitar excederme, no te seré demasiado exigente.

 

Te pediré recompensas, recompensas por los esfuerzos, que no han sido pocos. Bueno, tal vez si, pero han sido grandes, eso te lo aseguro. Te agradezco que por estos esfuerzos he descubierto partes de mi, que no te voy a contar, por que si no necesitaría demasiadas páginas para ello. En realidad no se por que te lo agradezco, el esfuerzo ha sido mío.

Traeme noches de estrellas, no muchas, sin excesos. Noches de vestidos largos y zapatos de tacón, al más puro estilo del Hollywood que tanto me inspira, aquel en el que brillaba Audrey Hepburn y Marilyn Monroe. Noches de llanto y carcajadas. De desear congelar el instante y difrutarlo hasta gastarlo. Noches únicas que llevo años esperando. Despedidas que nos emocionen, que nos hagan llorar, aún sabiendo que nos veremos el próximo lunes.

 

Traeme color. Todos los colores del arcoiris, sus complementarios y todas las gamas posibles. Quiero ver los colores saltando de los lienzos. Que se me erice la piel. Y soñar con un París bohemio y vibrante.

PS: Prometo que pido menos de lo que parece.

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